Derivado del post anterior quiero hacer mención de algunos conceptos del marketing que puedes trasladar al terreno de la seducción. Lo de hoy es un recorrido por algunas de las fases que atraviesa ella como comprador y tú como producto/marca.
Investigación de Mercados
Una compañía que quiere lanzar un producto primero tiene que indagar si el mercado estará dispuesto a comprarlo. Para ello recurre a muchas técnicas para identificar necesidades, clientes potenciales, hábitos de compra, etc.
Preguntas para tu “investigación de mercado”: ¿Qué clase de mujeres te gustaría seducir? ¿Qué lugares frecuentan? ¿Qué clase de hombre crees que las atrae? Hasta ahí podrías definir tu objetivo, ahora la pregunta más importante: ¿Ya eres ese hombre capaz de atraerlas?
Grupos de referencia
Los grupos de referencia son las personas que ejercen una influencia sobre el individuo orientándolo hacia determinados productos. Por ejemplo, si el grupo de referencia es de status, el comprador optará por artículos de lujo; mientras que si considera como aberrante ese tipo de actitudes, preferirá comprar bienes que representen otro tipo de valores.
En la seducción los grupos de referencia son los PUA´s. Muchos aspirantes a seductores copian técnicas, rutinas, lugares e incluso modifican completamente su vestuario porque “así lo dice el manual”. En su afán por convertirse en maestros de la seducción terminan alterando su esencia misma y disfrazándose de algo que no son. Irónicamente no obtienen los resultados que desean por efectos de la notoria incongruencia.
Otro ejemplo son los amigos. Para muchos seducir mujeres no es cuestión de satisfacción personal, sino de buscar inconscientemente la aprobación de los demás y demostrar sus habilidades, aunque eso implique salir con mujeres caprichosas, demandantes e interesadas.
Valor de Marca
Cuando de ropa se trata la marca suele tiene un impacto poderoso en la percepción de valor del cliente y el precio. Aunque todos los jean cumplen la misma función (vestirse), la gente paga 10 veces más por un Levi´s porque representa mucho más que eso.
Una chica podría escoger a un chico bueno para que la quiera, la trate bien y la valore. Para esa “función” hay miles de tipos, pero al final termina saliendo con aquel que le genera atracción y muchas veces no encaja dentro de lo que racionlamente han afirmado que desean.
¿Qué tal es la percepción de valor que tienen las mujeres de ti? ¿Te proyectas como un hombre que les brinda una experiencia emocional? ¿Eres uno del montón (“marca gato”) o te diferencias de un modo atractivo (Levi´s)?
Recordación de Marca
Si te pregunto por una marca de gaseosa probablemente la primera que se te venga a la cabeza sea Coca-Cola. No necesariamente sea la misma que consumes, pero es claro que hay una fijación psicológica por el color rojo, la forma de las letras, la publicidad que utiliza, la forma de la botella, etc.
Cuando sales con una chica tu vestuario, personalidad y todos los elementos de la cita generan una recordación. La mejor manera de ganarse un lugar en su mente es haciéndola desear más y hacerle ver que eres un reto. Entre más emociones muevas durante la cita y más dudas le generes acerca de si tú le gustas o no más recordación generas. Punto clave: terminar la cita en el momento cumbre.
Remordimiento del comprador
Sales a comprar unas zapatilas. Luego de recorrer todo el centro comercial y comprar precios finalmente encuentras dos pares que te gustan pero sólo puedes elegir uno. Finalmente escoges y al llegar a tu casa comienzas a pensar: “Eran mejores los otros, estos ya no se ven tan bien”. ¿Qué pasó? Antes estabas tan decido y de un momento a otro las zapatillas parecen perder todo su encanto.
Con las mujeres sucede lo mismo, especialmente cuando cierras el trato rápidamente. Aunque la cita ha sido todo un éxito y ella nunca se vio forzada a besarte o tener sexo contigo, horas después experimentan una extraña sensación de que eso “no debió haber pasado”.
Cuando eso ocurre al día siguiente o en un posterior encuentro ellas se rehúsan a continuar con la relación argumentando mil cosas diferentes. ¿Solución? No pelees ni intentes convencerla, simplemente apúntale nuevamente a sus emociones y vuélvela a seducir.