Hace poco más de un año trabajé sobre el arquetipo de la Histriónica (puedes leerlo aquí). Hoy le voy a reservar un espacio a la personalidad de la Histérica, una de las más comunes en la actualidad y que tiene varios matices que te ayudarán a bajarle el ego cuando quieras seducirla. A primera vista parece un post algo extenso, pero en realidad es muy breve teniendo en cuenta toda la teoría psicoanalítica que hay alrededor de este trastorno.
Ojo, no te dejes llevar por la palabra histérica. No necesariamente tiene que ver con mujeres malgeniadas, sino con un serio problema de inseguridad personal y afectiva. Te recomiendo la película Un método peligroso, donde se explora un caso muy popular de histeria que trabajaron Sigmund Freud y Carl Jung (destacada actuación de Keira Knightley).
La Apariencia
Hace un siglo la histérica se caracterizaba por ataques de gran teatralidad donde gritaban, se revolcaban en el suelo, perdían el control de extremidades, etc. Hoy en día ese tipo de mecanismos para llamar la atención han pasado al lado de lo estético.
Para la mayoría de histéricas la apariencia es fundamental como mecanismo de atracción. ¿Escote, falda y tacón? Ahí tienes una histérica. Otras veces pueden ser simplemente accesorios o colores que generen comentarios y algo de polémica.
Su lenguaje corporal va en esa misma tónica. Dan la impresión de ser mujeres fuertes y dominantes, pero no es más que una fachada. Sus inseguridades salen a flote rápidamente cuando entras al plano de lo personal. Por eso las rutinas de seducción donde te burlas de su aspecto físico funcionan con ellas: “tu cabello llama mucho la atención, se nota que es una tintura, pero se te ve bien”.
La Carga Erótica
Otro de los rasgos de la histeria es la carga de sensualidad que manejan, no sólo a través de su apariencia, sino a través del discurso. Es la clase de mujer que casi todo el tiempo quiere hacerte sentir excitado, pero que disfruta rechazando tus avances.
En el momento menos pensado te preguntará: “Fíjate que siento que los hombres sólo me buscan para el sexo, ¿tú que opinas?”, o “hace poco un amigo me dijo que tenía labios muy sensuales, ¿tú crees que es cierto?”, y así por el estilo. Es la chica que sube muchas fotos en Facebook exhibiendo su cuerpo y sensualidad. Es toda una seductora, o por lo menos hasta este punto.
¿Y qué pasa durante el sexo? Pues aunque no lo creas, este puede ser justamente su punto más débil. Las histéricas tienen por lo general una gran represión a nivel sexual, de modo que tienden a ser anorgásmicas, frígidas o simplemente le tienen miedo a penetración.
El Centro de Atención
Conectado a los dos puntos anteriores se encuentra el hecho de que para una mujer histérica no existe el segundo puesto. No importa si se trata de una relación afectiva o una discoteca, ella tiene que ser la más sexy, la número 1, la mejor vestida, la que más hombres miren, la que más intenten seducir, etc.
Tal vez en la calle prefiera pasar desapercibida, pero en un ambiente que es un claro contexto de seducción, como un bar o un club nocturno, querrá llamar la atención a como de lugar.
El Síntoma Conversivo
Adicional a todo esto las histéricas tienen un mecanismo adicional para llamar la atención. En una especie de “somatización” donde trasladan sus problemas psicológicos hacia el cuerpo. De un momento a otro les duele un brazo, sienten calambres en las extremidades y necesitan que alguien las ayude.
Ahora bien, cuando esas cosas sucedan no quiero que te hagas el patán y pases por alto sus dolores, sino que entiendas que en el fondo hay algo de corte psicológico. Hace poco estuve con una actriz y modelo muy famosa en Colombia, y adivina qué sucedió cuando dejó de ser el centro de atención…. “¡Ay! ¡Me duele el hombro! No sé qué es pero nunca me había dolido….. ya, ya se me pasó…”.
Todo esto forma para de su histrionismo, su teatralidad, su actuación para que todos volteen la cabeza y acudan a ella (Nota: Con muy raras excepciones, todas las modelos y actrices son histéricas).
Este síntoma tiene muchas otras variaciones. Por ejemplo una histérica muy reservada, anti-seductora incluso, podría manifestar este tipo de conversión cuando intenta conectarse con su sexualidad (por ejemplo luego de una masturbación).
Baja Autoestima
¿Por qué quiere ser el centro de atención? ¿Por qué siempre tiene que ser tan vanidosa? Bueno, si has leído mis anteriores publicaciones te habrás dado cuenta de que todo esto de buscar la atención de los demás no es otra cosa que el reflejo de una pobre autoimagen.
La histérica es una pobre chica que no se valora a sí misma, y que por ello necesita que los demás le estén validando verbalmente que es atractiva, que es divina, que es única, y bla bla bla. Puede en efecto ser una mujer muy atractiva, pero si le preguntas por sus defectos físico te dirá que no está a gusto con nada, que se siente fea o que piensa que uno de sus defectos se nota demasiado.
Los hombres en la vida de la Histérica
Cuando entablas una conversación con una histérica, más allá de que pretendas seducirla, verás que es muy probable que cumpla con dos patrones en su historial: por un lado la figura del padre y, por otra parte, el de sus relaciones afectivas.
Una histérica tiene casi siempre como antecedente un padre ausente (por divorcio o muerte), maltratador, abusador o simplemente indiferente. Es la primera y más importante referencia masculina en la niñez, así que una falla en esa parte tendrá repercusiones en la forma en que percibirá a los hombres a nivel inconsciente.
A nivel afectivo los problemas no faltan. La mayoría tiene un conflicto con la dualidad emocional-sexual de sus anteriores parejas. Por un lado están buscando un hombre muy tierno y sensible (rol paterno), pero por otro necesitan liberar su sexualidad.
De aquí se desprende otro de los rasgos y es el de la dependencia afectiva. Una histérica muestra una gran resistencia a los periodos de soledad y al ser abandonada por su pareja. Si tú terminas la relación con una histérica muy probablemente verás que ella retoma contacto contigo, pelean nuevamente y ella es la que termina discutiendo para finalizar nuevamente la relación. Ella necesita ser la abandónica, la que deja en falta al hombre, la que lo deja, no al revés.
Rasgos Predominantes
- Imponencia visual: Llama la atención por su forma de vestir, su lenguaje corporal y su actitud.
- Busca constantemente validación masculina.
- Necesita sentir que es una mujer atractiva, llama la atención para que los hombres se acerquen a seducirla y poder rechazarlos.
- Exagera sus emociones y sentimientos para que los demás se preocupen por ella.
- Le cuesta mucho trabajo permanecer aislada del grupo. Busca interactuar con alguien todo el tiempo.
- Su conducta se torna infantil y caprichosa con rapidez. Es una mujer muy demandante.
- Sale de una relación para ingresar rápidamente en otra.
- Le cuesta trabajo asumir y aceptar las rupturas afectivas.
- Es abandónica. Le gusta rechazar y dejar a sus pretendientes.
- Suele manifestar conflictos a nivel sexual (anorgasmia, frigidez, miedo a la penetración).