Todas las semanas JLM recibe comentarios respecto a no usar un traje para ir a un evento como un matrimonio, por ejemplo. Tres ejemplos recientes:
“el proximo mes voy a una boda en la noche (…) al parecer no es muy elegante, entonces no quiero llevar corbata (…)”;
“(..) voy a ir a una boda y pensaba usar un saco sport café obscuro con una playera amarilla, pantalón de mezclilla y zapatos cafés (…)”;
“Tengo un casamiento por la noche (…) me gustaría vestirme con un ambo negro dos botones y una camisa negra, pero sin usar corbata (…)”
Cabe entonces preguntarse: ¿en qué ocasiones en un matrimonio se usa traje y en cuáles no?
La respuesta a esta pregunta es muy simple: siempre se usa traje. A menos, claro, que en el parte matrimonial esté escrito algo como “usar ropa casual” o que el matrimonio sea en la playa -y con esto me estoy refiriendo a la playa propiamente dicha: en la arena y con el agua a un lado, no en una casa de playa.
¿Por qué? ¿por qué tengo que ir con traje si no me gusta usar corbata, o no quiero parecer muy formal, o soy joven y no quiero vestirme así, o yo he visto en la tele que la gente no siempre se viste de esa manera?
Un matrimonio es esencialmente un evento social formal. Si en el parte matrimonial no se especifica el tipo de ropa a usar, es porque se supone que todo el mundo sabe que debe ir vestido elegante. Y eso implica usar un traje, camisa, corbata y zapatos. En ciertos medios, esta suposición va más allá, y la ropa para hombres es un frac o smoking. No importa que quien se case sea tu hermano o tu empleado.
Una persona madura no usa jamás el “no me gusta vestirme formal”. Que te vistas siempre con jeans o que tengas 15 o 19 no es una excusa. Un hombre debe saber cómo ir correctamente vestido a cada lugar al que va: si va a una reunión casual, va con jeans. Si va a un evento formal, va con traje. No tienes cinco años para quejarte de “por qué tienes que ponerte corbata.” Si quieres que te traten como un adulto, vístete y compórtate como uno.
Si quieres resaltar, hazlo por estar muy bien vestido, no por ser el único que no lleva corbata (además de los chiquillos en edad escolar que también fueron al matrimonio, claro). Si tienes miedo de que hablen de ti por ir formal, piensa esto: es mucho más frecuente escuchar que se habla mal de alguien que no fue bien vestido a un evento formal que de alguien que fue bien vestido a un evento casual. Y si no, pregúntale a cualquier mujer. ¿Ya pensaste en usar una camisa blanca con gemelos o un pañuelo en la chaqueta?
No te guíes de lo que pasan en la TV. Lo que ves allí no siempre funciona en la vida real. Piénsalo bien antes de ir a un matrimonio vestido claro o de blanco como Crockett de Miami Vice o todo de negro al estilo Matrix – si se te quedan mirando, no necesariamente es admiración.
Aunque se ha popularizado el término “terno” para los trajes, lo cierto es que “terno” se refiere al traje de tres piezas: saco o chaqueta, pantalón y chaleco. El traje que consta sólo de saco y pantalón se llama “ambo”. Este es el mínimo recomendable para un evento formal. Usualmente, el chaleco está reservado a eventos aún más formales, a menos que seas el novio, el padrino o pariente muy cercano de uno de los novios. Incluso en este caso es opcional.
No es conveniente usar saco y pantalón distintos en un matrimonio. No es formal, sino semi-formal, o lo que en algunos lugares llaman sport-elegante.
Los zapatos con agujetas (pasadores) son más apropiados para un traje que los mocasines. De igual modo, no uses otra camisa que las de cuello regular; los cuellos tipo “Mao” tampoco corresponden.
Usa colores sobrios para un matrimonio. No pienses en ir con un traje amarillo o verde perico, por ejemplo (a menos que quieras verte como La Máscara). Aunque puedes experimentar, sobre todo en verano, con colores como un verde no muy claro, siempre irás a lo seguro apostando por el azul marino, negro, gris o plomo, por citar algunos.