Empezar una conversación con una completa desconocida no es algo normal. Nadie se ha puesto en la tarea de enseñarnos a desarrollar ese tipo de habilidades sociales, y mucho menos con las mujeres. Sin embargo, todo lo que puedas aprender sobre seducción es completamente inútil si no empiezas una conversación. A esta fase la llamamos “Apertura” o “Abordaje”, y las frases (rutinas) que se utilizan para empezar las denominamos “Openers” o “Abridores”.
Empiezas tú
No importa cuán atractivo o interesante pueda parecer un hombre, las mujeres rara vez inician la interacción. Una mujer que se acerca a un hombre para hablarle queda prácticamente como una necesitada o libertina (puta, zunga, fácil, como quieras llamarla). Por otra parte, es completamente lógico que un hombre tome la iniciativa y sea quien empiece el cortejo.
Ahora bien, las mujeres no tienen ni una pizca de tontas, saben que si te acercas a hablarles es por algo. Como lo vimos en el post anterior, ellas tienen una facilidad enorme para descifrar el lenguaje no verbal, además de que están preparadas para las típicas excusas y frases que usan los hombres promedio para conversar. Por eso algunos se quedan demasiado tiempo pensando en qué decir o la frase perfecta, cuando la verdadera diferencia la marcará tu personalidad.
Los Openers
“¿Qué le digo a una mujer?”. Para eso están las rutinas y todo el material enlatado que tú puedas encontrar o crear con antelación. Pero más allá de lo que dices, está el cómo lo dices: tu postura, el tono de tu voz, un lenguaje corporal que proyecte seguridad y confianza, etc. Éso es mucho más importante que cualquier frase, por más original que ésta sea.
De todos modos, vale la pena tener memorizados unos cuantos openers por si no se te ocurre nada en ese preciso instante y no quieras perder esa oportunidad. Por lo demás, son una excelente herramienta para combatir el pretexto: “no sé que decirle”. En el siguiente post veremos una clasificación muy útil que te ayudará a determinar cuáles se adecuan más a tu personalidad.
La Regla de los Tres segundos
Este es uno de los conceptos más importantes para aquellos que recién empiezan en esto de la seducción. ¿Quieres hablarle a esa chica que está ahí? Perfecto, tienes tres segundos para empezar la conversación…..
¿Por qué tres segundos? Porque ese es el tiempo justo antes de que empieces a cavilar y tu mente se llene de dudas o tu cuerpo manifieste señales de incomodidad (nerviosismo, sudor en la manos, etc). Esos pensamientos del tipo “tal vez yo no le guste”, “una mujer así seguro debe tener novio” o “no soy muy atractivo”, tienen un efecto paralizante y te arruinan la ocasión.
Conforme adquieras experiencia en el campo de juego te irás dando cuenta de que en la mayoría de los casos las mujeres responde muy bien, y que todas esas ideas que tenías son simplemente una cortina de humo. Personalmente ya ni siquiera razono en ese tipo de cosas, simplemente actúo.
El principio de familiaridad
Los lugares para seducir mujeres no siempre tienen que ver con bares o discotecas. La mayoría de las veces son sitios donde te desenvuelves normalmente como el trabajo, la universidad, el gimnasio, etc. En ese caso la regla de los tres segundos es reemplazada por el principio de la familiaridad. Éste hace referencia al grado de confianza que tenemos con personas que ya hemos visto.
Tú puedes encontrarte con cierta frecuencia en el pasillo o en la cafetería a una chica que te gusta y debido a que ya han hecho contacto visual varias veces, tú ya no eres un desconocido para ella. Algunas mujeres manifiestan cierta aprensión con respecto a los extraños, pero en este caso tu rostro ya le resulta familiar y sus defensas estarán bajas porque sabe que no le harás daño.
La otra ventaja es que tienes a tu disposición todo un contexto que te facilite el opener: una materia, un profesor, la ubicación de una oficina en particular, un evento empresarial…. la lista es infinita. Como si esto fuera poco la vas a volver a ver, así que no tienes que preocuparte por pedirle el teléfono rápidamente ni tratar de acordar una cita.
Tarea: Haz al menos un abordaje diario, no importa el lugar ni el aspecto físico de las mujeres en cuestión (no tiene que ser una 10). Puede ser una simple pregunta, o si tienes algo más de confianza, dirigir una conversación. Después de cada abordaje autoevalúa tu lenguaje corporal, la respuesta que ella te dio y los aspectos en los que te sientes más seguro.
Es un ejercicio para desarrollar confianza y adquirir experiencia. Disfrutar el juego es más importante que pretender ganarlo todas las veces.
Just Livin Man!