Los líderes son escasos, y como ya lo podrás suponer, aquello que se produce en pocas cantidades es más valioso. Tener a un grupo de personas bajo tu mando le da a entender a las mujeres que tú cuentas con una serie de habilidades que te han llevado a estar por encima del montón, ya sea que hablemos de inteligencia, talento, carisma, etc. Veamos algunas claves para proyectar esa imagen de autoridad…
La Realidad más Fuerte
Aunque la percepción de la realidad es completamente subjetiva, al interactuar unos con otros encontramos personas que tienen un sistema de creencias mucho más sólido que el de las demás. Esa clase de hombres tienden a dirigir a otros incluso sin intención previa.
Cuando te centras en tu propia realidad y los demás reaccionan frente a ésta, tú eres el líder. Cuando el otro proyecta su visión personal y tú eres el que reaccionas, entonces tú eres el seguidor. Entre más firmes sean tus convicciones más fácil te será mantenerte en tu realidad.
El líder es escuchado
En otras palabras, asegúrate de dominar la mayor parte de la conversación. ¿Cómo conseguir ésto? Bueno, pues acá prima más la calidad que la cantidad de tu discurso, es decir, hablar demasiado es propio de charlatanes, mientras que formular una tesis lo suficientemente contundente es una muestra de inteligencia.
Pero como la inteligencia no se improvisa, vas a tener que ponerte manos a la obra y nutrirte de conocimiento. Usa los recursos que más se te faciliten como los vídeos, los libros o internet, lo que sea, pero ten algo interesante de qué hablar. Tampoco te vayas al extremo del intelectualismo que adormece a las masas, se trata más bien de aprender aquellas cosas que te gustan y te conviene aprender, no algo de lo que quieras presumir.
Tip adicional: Nunca discutas con tu adversario. Evita todo tipo de controversias que ta hagan quedar como un mal perdedor o un individuo arrogante que siempre cree tener la razón en todo. Nadie se las sabe todas.
La Lección de Gladiador
A pesar de que fue despojado de su investidura como general del ejército, Maximus Decimus nunca dejó de ser un líder. Era un derroche de coraje y valor con o sin armas, transmitiendo un dominio de sí mismo y de la situación incluso por encima del César. Es algo que cualquier espectador puede percibir, así que no dudes en modelar esa actitud.
Más allá de las palabras
No se puede hablar de liderazgo sin hacer mención del lenguaje no verbal. Aparte de la postura y el contacto visual, es importante también que aprendas a ejercer autoridad sobre los demás. Las palmadas en la espalda, colocarte en un nivel visual superior y vestirte mejor que el grupo le dan a entender a tu chica que eres tú quien tiene el rol de líder. Puedes complementar este tema con el Lenguaje Corporal del Liderazgo.
El líder enseña a partir de sus propias habilidades
Tener un talento particular en algún área es una excelente oportunidad para reflejar una actitud dirigente. Saber más que otras personas y tener a un grupo interesado en aprender es una señal de superioridad a nivel inconsciente que definitivamente genera atracción. Ahora bien, deja el orgullo a un lado y recibe retroalimentación: el verdadero maestro no sólo enseña sino que también aprende de sus alumnos.
Como verás el tema da para rato, pero por ahora dejo aquí este primer eje para no extenderme más de la cuenta.
Just Livin Man!