¿Alguna vez has tenido problemas empezando conversaciones con las personas?
Seguramente te has visto en la siguiente situación: hay una persona con la cual te encantaría conversar, por que te gusta, porque te interesa o por lo que sea, pero simplemente no encuentras cómo iniciar.
Tu mente se encuentra en blanco.
O quizá con mil ideas pero todas te parecer inapropiadas y te frenas y al final no empiezas.
A mí esto me pasaba TODO EL TIEMPO y me hacía sentir tremendamente frustrado y avergonzado.
De esto precisamente quiero hablarte hoy en este post.
Recuerdo viendo a alguien con quien quería hablar y luego escondiéndome de él para que no me viera mientras pensaba en algo para decir y hablarte.
A veces simplemente no venía nada a mi mente.
O a veces venía algo, y entonces dudaba por muchísimo tiempo y luego decidía no hablar.
A veces me atrevía a hablar, decía algo, la otra persona respondía y luego me quedaba nuevamente sin nada qué decir.
O a veces me atrevía a hablar y cortaba la conversación pronto para no tener que seguir pensando en qué decir luego.
Era tremendamente FRUSTRANTE. Me esforzaba mucho y me equivocaba en algo que a las otras personas les fluía naturalmente.
Seguro también te ha pasado.
Siempre me preocupaba que me pasará algo como lo siguiente:
Yo: ¿Has visto tal cual película? (O la frase para iniciar que me hubiera inventado)
Ella: No
Yo: Silencio
Ella: Silencio
Yo: Silencio -mientras deseo que la tierra se abra y… se la trague a ella ;P
Después de un tiempo empecé a implementar el hábito de tener unos pocos temas de conversación en mi cabeza que pudiera traer a una conversación y que estuvieran listos para cuando conociera a alguien.
Eso me funcionó muy bien como solución temporal, hasta que se me agotaban los temas, o a veces simplemente no aplicaban a cierta persona o grupo, o simplemente seguía pensando demasiado.
Allí descubrí la técnica de los “hilos de conversación” Esta herramienta ha ayudado a muchas personas tímidas a encontrar un mecanismo sencillo para conversar.
Ahora déjame decirte algo, una vez tú conoces cómo llevar una conversación, iniciar una conversación nueva es sencillo.
¿Por qué? ¿Por qué? Te preguntarás.
Es porque la razón por la cual tienes dificultades para iniciar una conversación es porque tu mente no está en el presente, en el momento, sino que está en el futuro. Piensas no tanto en lo que tienes que decir sino en lo que la otra persona dirá o pensará de ti, y eso es lo que hace que no lo hagas.
Debes centrarte en moverte y en tu línea de entrada. Cuando lo haces puedes relajarte más, no apegarte al resultado, es decir a lo que la otra persona haga, diga o piense de ti, sino que debes apegarte a tu INTENCIÓN de conversar y de conocer a la otra persona. Con esa intención lo más seguro (y lo que pasa la mayoría de las veces) es que la otra persona te responde en una forma amable o curiosa.
¿Y cuando no lo hace?
Simplemente entiendes que es su problema, no el tuyo. Y que ello no dice nada acerca de ti, y que debes seguir hablando a desconocidos cuando lo desees. Por ello hablo de no apegarnos a los resultados, sino a tu intención.
Tu puedes enfocarte en el presente y poner atención a la conversación, a lo que la otra persona dice y con ello activas tu capacidad de responder activamente. Por ejemplo, si hubiera sabido eso antes la conversación de arriba hubiera sido algo así:
Yo: ¿Has visto tal cual película? (O la frase para iniciar que me hubiera inventado)
Ella: No
Yo: Bueno, pues es una película extraordinaria, trata sobre la inmortalidad y sobre cómo somos algo más que nuestro cuerpo ¿crees en la reencarnación?
Ella: No, creo que tenemos una sola vida ¿Quién lo sabe?
Yo: Seguro nadie lo sabe, pero es una idea bastante sugestiva, ¿imaginas qué hubieras podido ser en una vida pasada?
En fin, hubiera podido ser creativo e indagar más hasta sacar una respuesta que diera más juego.
Un NO no es una puerta cerrada, es una puerta que necesitas abrir con otra llave.
Muchas de las personas tímidas y socialmente ansiosas se enfocan en lo que dirán 20 segundos en el futuro. Si estás pensando en el tercer paso cuando aún no has dado el primero estás haciendo las cosas de una forma no natural que te impedirá fluir.
Y esto es justamente lo que hace que el tímido y la personal socialmente ansiosa sea tan excesivamente auto consciente (como ya te lo expliqué en un correo anterior). Si no estás en el momento presente simplemente te sentirás ansioso y aplazarás tu momento hasta perderlo, para luego arrepentirte y echarte culpas.
Conozco ese mecanismo, yo lo tenía y salí de él, y tú también puedes hacerlo.
Si cuando conoces a alguien pre-planeas lo que vas a decir entonces fallarás. Ese fue mi primer error y el error de los que van por allí aprendiendo frases enlatadas. Eso sólo activa una mayor ansiedad y un mayor aplazamiento.
Desde ahora ve hacia las personas sin planear lo que vas a decir.
Seguro dirás “Eso suena muy fácil, pero ¿cómo diablos lo hago?”
Mientras golpeas impacientemente la mesa con tu puño.
Pues te dejaré en suspenso, y no es intencional, sólo que no quiero que este post parezca una epístola apostólica.
Te prometo que en tres días te daré 4 herramientas para aprender a iniciar conversaciones.
Y todo habrá valido la pena.
Prometido.
Just Livin Man!