Aunque el gimnasio es un sitio que hombres y mujeres frecuentan para ponerse en forma, es un muy buen lugar para establecer nuevas relaciones, y desde luego, para aplicar los principios de la seducción. La siguiente es una miniguía con algunos de los aspectos más importantes:
¿Por qué el gimnasio es un buen lugar?
Quizá la razón más evidente es la cantidad de mujeres que encuentras allí. Sin importar el día de la semana o la hora, tienes ante ti cualquier cantidad de oportunidades y ocasiones para empezar una conversación. Lo segundo es que la mayoría de usuarios asisten a una gimnasio asisten a uno que les quede cerca a su casa, así que a la salida puedes acompañarla o invitarla a comer algo a la tuya (ella es la cena, pero eso no lo sabe aún).
¿Dónde están las mujeres?
Mientras la mayoría de hombres se encuentran en la zona de pesas, las mujeres suelen entrenar en las máquinas para pierna y asisten en masa a las clases de yoga y aeróbicos. No tienes que cambiar toda tu rutina, simplemente pasa de vez en cuando por uno de esas zonas cuando tengas la oportunidad.
Un ejemplo simple son las máquinas para aductores. Casi no hay hombres que entrenen ahí porque el ejercicio es demasiado suave, pero en el caso de las mujeres es una parada obligatoria. Además de eso, usan las dos máquinas, así que el abordaje y la conversación no pueden ser más fáciles.
Cuándo abordar
Evita ante todo hablarle a las chicas mientras están haciendo cardio o durante la clase. Si ella está en una máquina espera a que haga la primera serie y luego puedes acercarte para preguntarle si se tarda mucho. Las chicas suelen ser muy amables en ese sentido y lo más seguro es que te ofrezca turnarse el equipo.
Cuando son nuevas es muy evidente porque tienen la rutina en la mano y casi no saben ajustar las máquinas, así que puedes ayudarlas y hacer las veces de instructor para acomodarles la postura. Mientras descansan tendrás la oportunidad de hacerles la conversación.
Te aconsejo que te hagas amigo de las recepcionistas y los instructores. Sumado al hecho de que ella te vea hablando contras mujeres, te hará ver como un hombre sociable y destacado dentro de la masa de usuarios.
Las siguientes veces que la veas salúdala y hazle un par de preguntas sobre sus cosas. Luego le dices que te te vas a hacer ejercicio: “Bueno, me voy antes de que me enfríe…”. No te quedes como un pegote o será ella quien te corte la charla.
Concertando una cita
En general los gimnasios son un sitio más para hacer un contacto inicial que para hablar a plenitud. Las continuas interrupciones por los cambios de ejercicio limitan la conversación, así que tendrás que cambiar el contexto para poder hacerlo.
Si has hecho bien las cosas, a la segunda o tercera vez que hables con ella ya podrás invitarla a salir. Le puedes proponer una actividad física como una caminata ecológica, ir a escalar o cosas por el estilo (a menos que vaya obligada, es obvio que disfruta del ejercicio).
También puedes invitarla a tomar algo en la cafetería del gimnasio o si salen a la misma hora la puedes acompañar hasta su casa.
La competencia
A diferencia de lo que muchos hombres piensan, en los gimnasios la competencia es prácticamente nula. Sí, hay un montón de tipos que levantan mil veces más peso que tú, pero carecen de las habilidades o los cojones para acercarse a las mujeres. Por lo demás es típico verlos entrenando en grupos, así que no hay por que preocuparse.
Incluso ese podría ser un recurso para un opener: “¿Qué opinas de esos tipos así gigantes que se dedican al fisicoculturismo?”.
Cuidado con los olores corporales
Estaría de más hablar sobre la higiene corporal, pero no sobran algunas recomendaciones para terminar este post. El consejo básico en este apartado es que mantengas una distancia prudente. Debes tener en cuenta que los olores corporales son casi imperceptibles para ti mismo, así que puedes apestar y ni siquiera darte cuenta de ello.
Producto de las exhalaciones la lengua se reseca y se produce el mal aliento (no tiene nada que ver con que no te cepilles bien), así que ingiere pequeños sorbos durante la práctica y especialmente antes de empezar una conversación.
Si sudas mucho haz los abordajes al principio de tu rutina, que es cuando menos va a ser evidente. No es nada agradable conversar con una una persona que tiene la camiseta lavada en sudor.
Just Livin Man!