En la primera parte vimos algunos elementos que forman parte de los métodos de la comunidad, pero hoy le quiero dedicar un par de líneas a unos cuantos arquetipos y al enfoque comercial que ha venido adquiriendo la seducción. No se trata de criticar a diestra y siniestra contra autores puntuales, sino de poner sobre la mesa esas verdades incómodas que se han pasado por alto.
Los seguidores incautos
Los incautos son esa clase de fans de algún gurú que aceptan su filosofía cual mandato divino y que no cesan de comprar sus recetas. Como un muchas otras áreas de la vida, lo ideal es tener una visión ecléctica: ni las muchas críticas o miles de seguidores son el termómetro que define si algo es bueno o malo. Se trata en esencia de mantener una posición abierta a las múltiples fuentes sin tomar partido y comparar, pero lamentablemente sobran ingenuos que dicen: “sí maestro, como tú digas” y se ciñen a esa visión personal. Esa es la prueba perfecta de una mentalidad débil y sumisa.
Las mujeres como eje central
Es muy frecuente ver a los miembros de la comunidad pensando todo el tiempo en seducción, seducción y nada más que seducción. Se levantan, viven, comen y se acuestan pensando en rutinas, abordajes y sitios para ligar. Llega incluso un momento para algunos en que ni siquiera pueden asimilar la amistad de una mujer sin sentir la carga de la Zona de los Amigos.
Para colmo de males, su estilo de vida comienza a desenvolverse de acuerdo a los preceptos de la comunidad. Así las cosas, encuentras hombres que no van a las discotecas o bares a pasar un buen rato, sino a seducir. Practican deportes extremos y alteran su vestuario, no por gusto personal, sino porque les resulta efectivo con las chicas.
El seductor friki
¿Has visto esa clase de personas aficionadas a los cómics, que viven a punta de pizza y cuya escasa vida social se limita a interactuar con otros que tengan las mismas aficiones? Pues la seducción no es ajena a este tipo de personajes. Abundan los casos de hombres que son un “eminencia” al hablar de seducción, pero su área emocional es un desastre porque simplemente son incapaces de llevar a la práctica todo ese conocimiento.
Hay otros todavía más descarados. Se mofan de las novias de los demás y critican caras y cuerpos sin reparo alguno, pero cuando miras sus resultados no los puedes encontrar más patéticos. Este arquetipo es el gran perdedor de la comunidad de la seducción: o no tiene novia, o es incapaz de tener una que sea medianamente atractiva.
El Donjuanismo
Esta conducta es propia de aquellos hombres que ven a las mujeres como su trofeo personal. No se trata solamente de aquellos que ufanan de sus conquistas, sino de aquellos que sencillamente quieren conquistar a esta o aquella por pura satisfacción (o capricho) personal. Una vez que logran su objetivo pierden el interés, la desechan y van tras la siguiente (ver post relacionado).
El sexo como fin último
Este es probablemente el vicio más arraigado. En la mayoría de manuales definen el cierre completo como una conquista que termina en sexo, algunos te dicen que la relación empieza realmente con la primera relación sexual y no con el primer beso, y cosas así por el estilo. Detesto el aire romántico del chico bueno, pero tampoco considero que el éxito con las mujeres se limite a la cantidad de chicas con las que un hombre se acuesta.
Es más satisfactorio entrenar a un hombre para después verlo involucrado en una relación estable, que transformarlo en un Mystery (el de la foto para los que no lo conocen) deprimido porque lo dejó su novia striper. De todas formas, sea cual sea el objetivo que tengas en mente (sea sexo ocasional o una relación formal) siempre ten presente que al desarrollar las habilidades de un seductor debe estar alineado con tus propios intereses , no los que que te dicte un “maestro de la seducción”.
La seducción como negocio
Esto pasa hasta con la religión, así que no hay nada nuevo bajo el sol. Ahora bien acá hay dos cosas: el consumo excesivo de material (talleres, libros, seminarios, etc) y los escritores mediocres.
Está bien pagar unas cuantas sesiones de coaching, comprar uno que otro manual y si acaso un seminario, pero de ahí en adelante ya es un despilfarro. ¿Por qué? Porque las habilidades se adquieren con la práctica y la experiencia, no con la sumatoria de conocimientos adquiridos. Esto es un arte, no una ciencia exacta.
Por otra parte, los escritores mediocres abundan. Aparte de que tienen una pésima redacción (no soy quien para juzgar, pero se nota a leguas cuando a alguien le da pereza coger un diccionario), llenan sus blogs y páginas con esos avisos de “Compra mi último libro”, “El mejor manual que hayas visto”, “Conviértete en el hombre que las mujeres persiguen….”. Esta bien vivir de esto, pero otra cosa es ponerse al mismo nivel de un estafador.
En estas dos entregas dejé enunciados algunos arquetipos y temas que profundizaré luego como el seductor friki, el donjuanismo, la seducción contextual, el repertorio personal, etc.
Just Livin Man!