¿Has visto a un hombre obsesionarse por una mujer? La acosa, está pendiente de ella, la acompaña a todas partes, cancela cualquier plan por estar con ella, deja pasar oportunidades con otras chicas, etc. ¿Y el resultado? “Te veo como amigo”. Ésa es la monoítis, la tendencia a salir con una sola mujer, y la zona de los amigos su resultado más frecuente.
Pero empecemos por diferenciar la monoítis de la monogamia. Tú puedes salir con cuanta mujer se te antoje antes de cerrar el trato con alguna de ellas, sin que ello signifique que le seas infiel a ninguna, al fin y al cabo no hay una relación de por medio. Es decir, puedes salir con varias chicas al mismo tiempo para conocerlas y tener opciones, pero luego mantener una relación estable con una sola (monogamia).
La monoítis tiene varios inconvenientes: hace que coloques a la chica con la que sales en un pedestal, te impide ver otras alternativas, pierdes tu tiempo y energía, ella se vuelve el premio, te entregas emocionalmente y es muy difícil recuperarse luego de un rechazo. Salir con varias mujeres al tiempo no sólo te evita esta clase de obstáculos, sino que además te ayuda a mejorar tus habilidades.
1. La colocas en un pedestal
Este es un síntoma clásico de idealización. Cuando te dedicas a salir exclusivamente con una mujer es muy probable que pierdas la objetividad y, deslumbrado por su belleza, le pases por alto sus defectos. Es muy común ver tipos que soportan comportamientos caprichosos, desplantes, faltas de respeto y cosas por el estilo debido a su escasez de alternativas.
Por otra parte, cuando tienes citas con varias chicas no vas a tener ese problema. Puedes contrastar personalidades y decirle “No” a las cosas que choquen con tus principios. Si alguna comienza a manifestar síntomas de princesita malcriada la puedes mandar perfectamente al carajo porque no es la única.
2. Te impide ver otras opciones
Enfocarse en un objeto limita tu campo de visión, el entorno se ve borroso. Puedes tener a tu lado otra chica que esté pendiente de ti, que te invite a salir o con la que tengas una gran afinidad, pero la ceguera producida por “la chica ideal” no te deja ver esa clase personas.
3. Pierdes tu tiempo y energía
Seducir a una mujer puede llegar a ser muy desgastante cuando no cuentas con las habilidades o la experiencia. Para algunos cerrar el trato puede tardar meses enteros, pero ese no es el problema, lo peor viene cuando después de tantas luchas y desvelos ¡los rechazan! ¿Qué sigue ahora? Volver a empezar de nuevo con otra chica y esperar a tener mejor suerte.
Una dinámica en la que tienes varios objetivos te ahorra un montón de tiempo. Claro que hay rechazos, pero no tienes que volver a empezar de ceros porque cuentas con varias “suplentes” para seguir en el juego. La mejor parte es que con estas últimas ya tienes el trabajo adelantado, así que no te extrañes si te rechazan un día y antes de una semana ya estés en una relación con otra persona.
4. Entregas tus emociones
Este bien podría ser el peor de los efectos secundarios de la monoítis. Aparte de tener que reiniciar el proceso de conquista con otra mujer, la parte emocional resulta en la mayoría de los casos muy golpeada por el rechazo. Cicatrizar se vuelve una tortura porque has entregado demasiado de ti, tu esfuerzo, tus ganas y al final no obtuviste lo que tanto deseabas.
Pero no esperes atravesar por una crisis similar si sales con varias chicas. Cuando eres tú quien asume el rol de juez que decide con cuál debe involucrarse, las emociones pasan a un segundo plano porque ejerces un control sobre estas. Para nuestro amigo “monoítico” la cosa es involuntaria, simplemente se deja llevar por lo que siente hasta que se estrella, pero un seductor tiene el poder de decisión para saber cuando ha llegado el momento de entregar más de sí mismo.
5. Ella es el premio
Esto ya es el colmo. La monoítis te coloca en una posición en la que tú buscas ganar su aprobación porque “es ella o ninguna”. Eso te quita confianza y seguridad durante la interacción porque sientes que estás apostándole todo al mismo caballo. Esa carga incrementa el deseo por tratar de quedar bien y hacer que la cita salga a la perfección.
Lo contrario sucede si tienes más opciones. Tú eres el premio, quien examina a las “participantes” y las coloca al mismo nivel. Todas tienen cualidades y defectos, así que ¿por qué estresarte? Si la cita sale mal no hay problema si ella se enoja, para eso tienes a las demás.
Creo que ya ha quedado lo suficientemente claro el porqué no deberías conservar esa actitud monoítica. Aborda y contacta varias mujeres, si alguna no puede salir contigo el fin de semana simplemente tomas tu celular y llamas a otra. Si encuentras que ella es caprichosa cortas tajante esa actitud porque afuera hay otras chicas que te aprecian y valoran. En síntesis: ya no eres un necesitado, eres un hombre con opciones.
Just Livin Man!