Hoy retomo la serie sobre los Arquetipos de la Seducción para enfocarme principalemente sobre los rasgos de personalidad de las mujeres. Empiezo con la Princesita Malcriada, una de esas chicas caprichosas y manipuladoras que compensan de a pocos la tortura a la que se dejan someter algunos hombres.
¿Qué hacer en estos casos? Te lo digo de una vez: corre y escóndete, ni siquiera pienses en seducirlas o en salvar una relación disfuncional. Su comportamiento noble y afectuoso es temporal, así que no te hagas ilusiones.
Inestabilidad emocional
Uno de los principales rasgos de la Princesita Malcriada es su estado de ánimo fluctuante. Por un momento te trata muy bien, te acaricia y te besa como si fuera la mujer más feliz de esta vida, pero repentinamente cambia su forma de ser para volverse intolerante, demandante y grosera.
Los cambios ocurren básicamente cuando no le das gusto en sus caprichos, sea porque no tienes tiempo, dinero o no te sometes a su voluntad con facilidad.
Caprichosa
A esta clase de mujeres las han venido complaciendo desde pequeñas. Consciente o inconscientemente cambia su estado de ánimo para poder manipular a los demás a fin de que hagan lo que ella quiera, ya sea usando el malgenio, las amenazas o incluso estados depreseivos (frases como: “Es que tú ya no me quieres….”).
Sus caprichos incluyen muchas cosas como comprarle ropa, ir a sitios que sólo a ella le gustan, cargar sus cosas, ocuparte con sus asuntos como si fueras su asistente, e incluso obligarte a hacer cambios en tu vida sólo para satisfacerla (como tu imagen o hábitos).
Usa el malgenio
Cuando las cosas no salen a gusto de ella, la ira y las amenazas suelen convertirse en sus principales recursos. Temiendo que la relación termine o a perder su aprobación, muchos hombres caen en esta trampa y le siguen el juego actuando de un modo complaciente y sumiso.
Para un hombre normal la única forma que tienen a la mano para hacer que se tranquilice es acceder a sus caprichosos, y ese es un error que termina convirtiéndose en un ciclo vicioso en el que ella acude una y otra vez al malgenio para hacer contigo lo que se le da la gana.
Te condiciona
La Princesita Malcriada tiende a condicionar cosas como el sexo, los planes o incluso la compañía a cambio de un trato: “Ok, esta noche hacemos lo que tú quieras, pero primero acompáñame a comprar zapatos”. Suena exagerado, pero es la estructura que utilizará en la mayor parte de las situaciones.
Para colmo de males la cosa no termina ahí. Algunas veces incluso cuando ella ya ha obtenido lo que quiere, ¡no te da nada a cambio! Y me refiero a que, sea que compres o no su aprobación, su tendencia egoísta y manipuladora te jugará más de una mala pasada.
Una relación desequilibrada
Durante el proceso de seducción, o en la relación misma, ya hay un claro desequilibrio. El hombre es quien entrega más, está más pendiente, cuida a la chica, y muchas veces sacrifica su propia felicidad a cambio de estar con ella. ¿Pero qué es lo que recibe a cambio cuando está con una Princesita Malcriada?… Limosnas. Sí, de ella no vienen más que pequeñas demostraciones de afecto en comparación a la enormidad de tus esfuerzos y detalles.
En el siguiente post profundizaré en la personalidad histriónica como mecanismo que utilizan las mujeres para hacer que los demás se sometan a su voluntad. Es un excelente complemento para el arquetipo de hoy.
Just Livin Man!