Uno de los conceptos más importantes en el desarrollo personal es el de la Zona de Confort. Palabras más, palabras menos, se trata de todas esas actitudes y conductas que te impiden avanzar en el juego de la seducción.
Mientras te encuentres en tu zona de confort dejas de preocuparte por mejorar tus habilidades o los resultados que estás consiguiendo. Producto del miedo al rechazo o al “riesgo” que implica acercarse a una chica, aparecen cualquier cantidad de excusas y creencias limitadoras.
El Caso del Friki de la Seducción
Hace un par de meses escribí sobr el friki de la seduccción, ese personaje que lee toneladas de material de seducción y tiene todos los conceptos en su mente, pero que en la práctica no está obteniendo los resultados que desea.
La excusa de este “súper seductor” es que aún no está preparado. Su mente se ocupa en tratar de anticiparse a todas las situaciones posibles y cuando llega el momento se dice a sí mismo: “No tengo la rutina adecuada, la próxima vez seguro la abordaré…”. Y esa próxima vez nunca llega.
El Miedo al Rechazo
Este es una de las limitantes más comunes. El miedo al rechazo aparece principalmente en dos eventos: antes de lanzarse a iniciar una conversación con una chica y antes de besarla.
El primero suele tener como base el temor a que ella se muestre indiferente o a quedar en ridículo en frente de otras personas. A esto se le suman todo tipo de pensamientos como “seguro debe tener novio”, “una mujer así nunca se fijaría en mí”, etc. Se conforman con verla pasar en lugar de atreverse a hablarle (como nuestro amigo en la foto).
Todos esos supuestos nacen de una pobre imagen de sí mismo. Un hombre que se autovalora y sabe lo interesante y valioso que es no le tiene miedo al rechazo porque es él quien cualifica a la mujer con la que interactúa, no al revés. El pensamiento de un hombre así es: “vamos a ver si esta mujer realmente vale la pena….”.
El otro miedo es el que tiene que ver con el rechazo a la hora de besarla. Algunos se han vuelto verdaderos especialistas en postergar el cierre del trato. Comienzan a escudarse diciendo que no hay señales de interés suficientes, que es mejor esperar a la siguiente cita o que “no era el momento apropiado”.
Siempre es mejor tener un plan B. Algunas mujeres pueden sentirse atraídas por un hombre y aun así voltean la cara cuando las intentan besar. El porqué es lo de menos, pero es mejor estar preparado para manejar ese imprevisto y tomarlo con sentido del humor: “¿Qué pasó? ¿te dio miedito?”. Casi siempre al segundo intento ceden.
El Conformismo
Cierro este post con la falsa satisfacción que algunos hombres se adjudican con respecto a sus resultados promedio. Abordan y salen con el mismo tipo de mujeres todo el tiempo, pero no se atreven a subir de nivel.
La belleza o inteligencia de las mujeres de mayor valía los intimida y terminan por sacar al aire excusas aludiendo a la superficialidad de ellas, o que son mujeres tontas que no valen la pena. ¿Quieres saber que es lo más irónico de este caso? ¡Nunca han salido con mujeres atractivas! No han tenido la experiencia real que respalde sus argumentos.
Saliendo con mujeres promedio, en cambio, se sienten cómodos, tranquilos. Es el terreno que dominan y donde las probabilidades de rechazo disminuyen, pero por dentro saben que la mujer que tienen al lado no es la que realmente desean.
Just Livin Man!