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Juego Interno: Ego vs Narcisismo

Hoy dedicaré un espacio para el Juego Interno a través de dos conceptos, Ego y Narcisismo, que te ayudarán a vislumbrar cómo estás operando en los diversos campos de la seducción, especialmente el rechazo y la forma en que exhibes tus resultados.

Cuanto más fortalecido estés interiormente, menos te importarán los resultados, comentarios y opiniones de los demás (Ego), mientras que un hombre con una estructura débil tendrá miedo a perder la validación de las chicas y buscará ser aplaudido por el público (Narcisismo).

Narcisista: La necesidad del reflejo

Narciso, en la mitología griega, quedó perdidamente enamorado de sí mismo cuando se vio en su propio reflejo, al punto de morir atrapado en su vanidad. Los actos del seductor narcisista requieren una respuesta por parte de la otra persona, o por lo menos así son asumidos por él. No le basta con creerse un hombre único y valioso, sino que necesita un espejo que se lo diga, que le confirme la imagen que tiene de sí.

En el caso del primer beso, el rechazo es la respuesta indeseada porque refleja todo lo malo: “Me rechazó porque soy feo, inútil, tonto….”. El narcisista se piensa a sí mismo como un hombre deseable, pero le tiene miedo a eventos como el beso o el sexo porque, si es rechazado, su autoimagen quedaría por el suelo, particularmente si los demás llegan a enterarse.

Otra forma de proyección narcisista tiene que ver con sus resultados. Por ejemplo, luego de una relación sexual el narcisista pregunta: “¿cómo estuve?”. ¿Para qué hace esa pregunta? Para que la otra persona refleje la idea que él ya tiene de sí mismo: que es un buen amante. Ya lo sabe, pero quiere que el espejo se lo reafirme.

De igual manera sucede con las mujeres que seduce. Algunos hombres narran sus legendarias conquistas y faenas atribuyéndose dotes únicos, frases imbatibles y mujeres rendidas a sus pies. ¿Para qué lo hacen? Pues al igual que en el sexo, necesita la validación del público. Seducir mujeres no le sirve de nada si no lo elogian por ello, si el espejo-amigo no le dice: “¡Oh, pero que gran seductor eres!”.

El Narcisista es tremendamente vulnerable a los resultados. Su juego interno es sólido únicamente mientras se mantenga lejos del rechazo, por lo que tratará de asegurarse tanto como sea posible de que no sea así. Otras veces fanfarroneará diciendo que, a pesar de que lo rechazo, es digno de admiración por haber intentado lo que otros no harían en su lugar.

El Ego: Yo me basto a mí mismo

Hago una aclaración: en este punto: me voy a referir al Ego como Autoestima + un poco de Arrogancia, pero no al extremo de ir hasta el egocentrismo. Este Ego es saludable en el sentido en que reforzará tu imagen sin la necesidad del reflejo y te permitirá pasar por alto muchos de los conflictos que atañen al hombre común, pero que no forman parte de la esencia del seductor.

En primer lugar, el rechazo deja de ser un problema. Un hombre con Ego no le tiene miedo al rechazo. Sabe que es un hombre valioso, que no se encuentra en cualquier esquina y que cuenta con una personalidad única, así que si una chica no accede al beso ¿qué más da? Eso no le quita ni le pone a su personalidad, no lo rebaja ni le hace menos hombre. Algo falló, pero su esencia sigue intacta.

Cuando seduce mujeres, el Ego no necesita exhibirlas como trofeos. Él la conquisto para sí mismo, para obtener sexo, una relación estable o lo que sea, menos para andar presumiendo. Es la clase de hombre que es modesto con sus historias, nombres y que poco o nada le importa andar subiendo fotos a internet de los resultados que obtiene. Ya consiguió lo que quería, ¿qué carajos le importa si los demás lo aplauden o no?

Just Livin Man!

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