Cuando se trata de comida tentadora, el aplazamiento puede ser algo bueno. En vez de decir “no” al patón de nachos, mejor convéncete de que lo comerás en el futuro.
Un estudio presentado en el encuentro de este año de la Sociedad de Psicología y de Personalidad descubrió que la gente que pospuso comerse una bolsa de papas de resistir la tentación con más frecuencia. Mientras que un “no” solo intensifica los sentimientos de privación, un “después” tiene un efecto distinto.
“El posponer un antojo debilita el deseo en el momento preciso en que el deseo es tan fuerte que podría superar la fuerza de voluntad”, dice la autora de la investigación, la doctora Nicole Mead, de la Escuela de Administración de Rotterdam.
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